Querido Pepe,
He reescrito esta carta de despedida numerosas veces, tratando de encontrar las palabras que expresen el pesar que siento tras conocer que nos has dejado. Finalmente llegué a la conclusión de que lamejor manera de rendirte homenaje es a través de las cien palabras que protagonizan nuestro célebre Concurso de Microrrelatos, del que fuiste jurado y mediante el cual otorgaste su merecido valor a la palabra:
Libre, rebelde y diferente. Así te definen los que te conocen y así lo vi en estos años que hemos estado colaborando. Fuiste todo un arriesgado en el periodismo de la Transición y en tu estilo, llevando tu bien conocido flequillo por bandera. Nos dejas pero queda tu legado y tus palabras: “La palabra es el instrumento de entendimiento entre ciudadanos, instituciones y países que hacen que este mundo sea más civilizado, más libre y feliz”. Ten por seguro, amigo, que tu saber no quedará en el olvido, que lo llevaremos en construir aquella sociedad que en su día soñaste.